domingo, 5 de diciembre de 2010

Ausencia


He estado ausente. Las drogas han tranformado las configuración espacial de mis conexiones neuronales. El resultado a sido un yo no reconocible.Extraño. Con la mirada perdida en el horizonte. Sin un límite definido. Sin una meta definida.
Las relaciones sociales han mermado considereblemente. Al igual que mi cuerpo y que mi mente.
Estoy dejándolo, a trancas y barrancas, con efectos en mi sistema nervioso incalculables. La aceleración progresiva de mi metabolismo, el volver al yo de antaño, el dejar de ingerir los psicofármacos malditos conlleva una serie de cambios biológicos en mi organismo que me desestabilizan en progresión geométrica. La tolerancia de mi mente y de mi cuerpo a estas sustancias tóxicas no permite abandonarlas. El costo es extraordinario. Los efectos secundarios tardarán en dejar de manifestarse. El insomnio, las taquicardias, las pesadillas, la presión creciente del ser estalagtitico que está colgado en el techo de mi cabeza, el zumbido continuado y permanente de mis oidos, las perdidas momentaneas del equilibrio, los mareos extraños, mi conducta imprevisible, mi comportamiento modificado, mi todo, mi yo, yo. El futuro incierto será presente, volveré aunque transformado, el presente dejará de ser y el pasado será un inquilino continuo en las celdas de los millones de cajones que componen mi deteriorada memoria.
La regeneración neural, aunque a un nivel bajo, existe. La plasticidad nueral será la encargada de mostrarme como un ente equilibrado, aunque, con todo seguridad, será una equilibrio intestable, como yo mismo. Inestable y ansioso.

jueves, 7 de enero de 2010

Tormenta


La estalactita que se ha formado en la cúspide de mi cueva se ha comenzado a transformar. Un ser inerte, rocoso, pesado, esta sufriendo una metamorfosis impresionante. El ente sin vida esta adquiriendo valores biológicos, valores de ser vivo que se mueve, que cambia de posición, que crece y se ramifica presionando las paredes de mi caverna, de yo mismo. Los psicofármacos han creado un ente excepcional, se alimenta de ellos, es un ser parásito que los utiliza como alimento básico para crecer, para transformar mi cueva, para que mi cueva se vuelva irreconocible por su morador, por mí. Una nueva estrategia formulada por seres de mi exterior están intentando a toda costa destruirlo. Nuevas moléculas van a entrar a formar parte del ataque indiscriminado que estamos preparando. Moléculas que tratarán de fagocitar, destruir, aniquilar a este ente que se ha metido dentro de mí, como un alien, como una forma de vida que trata de poseerme, de inutilizarme, de desestabilizarme. Este proceso parece que no tiene fin. El fin talvez sea la linea plana, la inexistencia. ¿Quién sabe?