La estalactita que se ha formado en la cúspide de mi cueva se ha comenzado a transformar. Un ser inerte, rocoso, pesado, esta sufriendo una metamorfosis impresionante. El ente sin vida esta adquiriendo valores biológicos, valores de ser vivo que se mueve, que cambia de posición, que crece y se ramifica presionando las paredes de mi caverna, de yo mismo. Los psicofármacos han creado un ente excepcional, se alimenta de ellos, es un ser parásito que los utiliza como alimento básico para crecer, para transformar mi cueva, para que mi cueva se vuelva irreconocible por su morador, por mí. Una nueva estrategia formulada por seres de mi exterior están intentando a toda costa destruirlo. Nuevas moléculas van a entrar a formar parte del ataque indiscriminado que estamos preparando. Moléculas que tratarán de fagocitar, destruir, aniquilar a este ente que se ha metido dentro de mí, como un alien, como una forma de vida que trata de poseerme, de inutilizarme, de desestabilizarme. Este proceso parece que no tiene fin. El fin talvez sea la linea plana, la inexistencia. ¿Quién sabe?
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