Pulso la aplicación de YouTube en mi movil. Busco con cierta impaciencia a Bach. El
número de conciertos es extenso. Con mi dedo pulgar seleciono el Magnificat en do
mayor. Conecto mi televisor y mágicamente la música suena con grandiosidad y pureza. El
director gesticula, siente, dirige, baila. La voz humana resuena junto a las flautas de pico.
El contrabajo se insinua al fondo. Raquel tumbada en el sillón me mira y se relaja. Yo
escribo este microcuento y disfruto de la música barroca de Juan Sebastian Bach. El coro,
timbales, cuerdas, metales y vientos conforman un conjunto armónico insuperable.
Magnífico. El espacio y el tiempo se difuminan en mi mente. La nada y el todo se funden
en una amalgama indescriptible. Aplausos.
SC
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